Este artículo ha sido publicado (8/07/2017) en el apartado de Opinión del diario El Correo.
El Grupo CEL, con plantas en Artziniega, Zalla y Güeñes, es la mayor empresa de las Encartaciones. Hace unos días ha solicitado el concurso de acreedores dejando a 300 personas y sus familias en vilo por los puestos de trabajo directos que pueden desaparecer. Otros cientos de familias se ven afectadas indirectamente, muchas pequeñas empresas de la comarca sumidas en deudas de las que quizá no se recuperen y puede ser la puntilla para el comercio local, casi única salida laboral para muchos y ya en dificultades actualmente.
El Gobierno Vasco y el empresario D. Iñaki Lopez Gandasegui poseían a medias el 85% del Grupo CEL. Hace un año no quisieron recibir a un empresario interesado. Hoy sabemos que dejaron de pagar las facturas eléctricas en enero. Ahora se conoce que la Administración Vasca y este empresario regalaron su participación a 1 € por acción en mayo. En junio la suministradora cortó la luz y la empresa ha presentado directamente el concurso de acreedores, sin ERE ni ninguna otra medida intermedia anterior.
La Diputación es propietaria de los suelos y la maquinaria de la parte que el Grupo Cel, la segunda mayor empresa del papel de Bizkaia, absorbió con la desaparición de Virtisú. La Diputación anunció hace dos meses que el sector estratégico de Enkarterri está en la industria del papel. Las Juntas Generales rechazaron debatir en la última sesión una interpelación sobre CEL aduciendo que este tema carecía de interés general político y público.
La consejera Arantxa Tapia está muy enfadada, seguramente con razón, porque el grupo catalán CNA ha anunciado el preconcurso de acreedores para Fagor-Edesa (350 empleos) y denuncia su falta de transparencia. Otro tanto sucede con el posible cierre de la planta de General Electric en Ortuella. No todo va tan bien en nuestro país.
El Gobierno Vasco ha financiado con 22 millones de euros (tres convocatorias del Programa Indartu) a empresas en Ezkerraldea y Oiartzualdea en un “esfuerzo de discriminación positiva dirigido hacia las zonas que sufren con mayor gravedad la situación de desempleo”. Enkarterri ha sido excluida del Programa Indartu, aunque nuestros municipios lideran el ranking de paro de la provincia.
Seguro que han sido bienintencionados intentos anteriores de generar empleo con impulso institucional: Habidite, Pastguren, planta de purines, Virtisú. Seguro que hay explicaciones razonables para lo que estamos viviendo. Seguro que entre todos podemos frenar la sangría de cierre de industrias en la comarca: Reckitt Benkiser, Mure Thyssenkrupp, Kimberly Clark, Arkema, empresas del mueble,…
No podemos seguir así. Enkarterri necesita un Plan industrial, necesita ser incluida en los planes de país. Objetivamente, somos la comarca con peores indicadores socioeconómicos (15 puntos por debajo del PIB medio en Euskadi) y la diferencia con el resto de la provincia, lejos de reducirse, ha aumentado. Aprovecho esta tribuna que se me ofrece para solicitar a la Diputación y al Gobierno Vasco la implicación institucional que necesita la plantilla de CEL y la ciudadanía de Enkarterri.
La preocupación por el futuro de las familias deja en un segundo plano los enfados. Se puede aprender de los errores y se pueden activar medidas concretas. Hay medidas inmediatas que ayudarían a CEL, como restablecer la luz para mantener la actividad y facilitar la entrada de los inversores interesados. Hay otras medidas concretas que ayudarían al conjunto de la comarca. Es de justicia ampliar el programa Indartu a Enkarterri, que lo necesita tanto o más que los que se han beneficiado hasta ahora. Es de sentido común la cesión de la parcela en que el Gobierno Vasco anunció hace 10 años que iba a ubicarse una ITV de forma que facilite la puesta en marcha de un proyecto que genere empleo, puesto que hasta ahora la parcela solo ha generado malas hierbas.
El Ayuntamiento de Zalla brinda su absoluta colaboración y lealtad institucional para impulsar las medidas que se adopten para favorecer el empleo que necesitan los encartados, que también somos vizcaínos y vascos.