La Mancomunidad de las Encartaciones ha aprobado recientemente un presupuesto de 3.513.965,26 € para el ejercicio 2012. De los nueve municipios que la integran, Zalla es el que realiza una mayor aportación para el sostenimiento de esta entidad supramunicipal. En el año 2011, la contribución de nuestro ayuntamiento a las arcas de la Mancomunidad se elevó a 377.746,93 €, pese a que la cifra consignada inicialmente era de 333.320,81€.
Además de participar con la mayor cuota económica, el Ayuntamiento de Zalla coopera también con la cesión de los locales donde se asienta la sede de la Mancomunidad, ubicada en las antiguas escuelas de Aranguren. Así mismo, también cede un piso en el que se ubica el "punto de encuentro" de la comarca para la mediación familiar.
Junto a Zalla, los otros ocho municipios que componen el ente encartado son Artzentales, Galdames, Gordexola, Güeñes, Karrantza, Lanestosa, Sopuerta y Turtzioz. En esta relación llama poderosamente la atención la ausencia de Balmaseda, que abandonó la Mancomunidad el 1 de enero de 2001 por diferencias en la gestión del organismo supramunicipal.
La Mancomunidad de las Encartaciones vio la luz en 1990, con el fin de aglutinar esfuerzos y recursos para potenciar el desarrollo de una de las comarcas más deprimidas de la Comunidad Autónoma Vasca. Hoy, casi un cuarto de siglo después de su creación, la realidad demuestra que esta institución está lejos aún de alcanzar los objetivos que se marcaron sus promotores. No en vano, su papel se reduce principalmente a gestionar una serie de servicios comunes: recogida de basuras, tratamiento de residuos sólidos urbanos, ayuda a domicilio, recogida de animales perdidos, oficina de información al consumidor, asistencia social,
A nuestro entender, poco se ha avanzado en la necesaria cohesión territorial y en la adopción de políticas comunes para impulsar el desarrollo de la comarca. Encartaciones sigue a la cola en los indicadores de progreso de la CAPV, y la institución que pretende representar a la comunidad de municipios de la zona continúa sin convertirse en el elemento tractor que demanda la sociedad para afrontar los complejos retos del presente y del futuro. Creemos que esto puede mejorar.